miércoles, octubre 10, 2007

A 90 años del nacimiento de Violeta Parra


A continuación les dejo una columna que escribí para el diario La Nación respecto de los 90 años del natalicio de Violeta Parra.

Espero que sea de su interés y que los invite a recordarla escuchando sus canciones.


90 años del nacimiento de Violeta Parra

En los años sesenta, cuando niño, crecí escuchando la voz de una mujer que salía de los parlantes del tocadiscos de mi padre. Recuerdo que él siempre decía que Violeta Parra representaba lo mejor de nuestro canto popular y, desde entonces, su canción ha estado presente en mi vida y en la de mi familia; su música nos acompañó a Andrea y a mi en nuestro matrimonio hace ya casi treinta años.

Estos fueron mis primeros pensamientos cuando el sábado pasado tuve el privilegio de asistir a una exhibición privada de un documental sobre la vida y obra de Violeta Parra que se presentó en el Museo Pablo Neruda de Isla Negra. Un trabajo realizado por Hugo Arévalo hace algunos años que hace honor a Violeta Parra y que compartió con un grupo de personas para conmemorar los 90 años de su nacimiento.

Violeta Parra se muestra como una artista integral que vive en la vanguardia de la música, de la plástica y del trabajo en arpillera; y como siempre recibe primero el reconocimiento en Francia con una exitosa muestra en el Louvre de París antes de ser valorada en Chile.

Al ver la extensa obra realizada por la artista, llama la atención que su sentido de trascendencia histórica no sea conocido por los chilenos en toda su dimensión. Podemos decir que Violeta Parra representa lo mejor de nuestra alma y de nuestra identidad. Siempre orgullosa de sus raíces , va dando, a través de su arte un sentido a la patria como pocos chilenos.

Toda su obra se realiza de la mano de la investigación cultural realizada por ella misma en contacto directo con nuestra cultura popular que ella recopiló, estudió y, por sobre todo, respetó. Violeta entendió que ella era una más en la cadena de la historia reconociendo a quienes vinieron antes que ella y dando lo mejor de sí para quienes la siguieron.

Llama la atención que Chile no ha sido capaz de dar el reconocimiento y difusión a su vida y obra que constituye un aporte a la patria. Chile necesita rescatar de la historia a sus héroes y heroínas de la cultura. En ese sentido tuve el privilegio de asistir a un concierto de Joan Báez en San Francisco EE UU, que finalizó con “Gracias a la Vida” coreada por miles de asistentes. Impresionante como una canción chilena era conocida por la multitud.

Violeta, con su guitarra cantó con pasión a su gente y a su tierra querida, y con su lana y aguja bordó arpilleras que mostraban su vida diaria, mientras que con alambres fue capaz de elaborar un Cristo bellísimo que daba cuenta de su propio sentido de trascendencia.

Violeta Parra fue un aporte cultural a Chile, pero por sobretodo, fue una contribución en la educación para la paz. Promovió lo esencial de la chilenidad y contribuyó a reafirmar nuestros propios atributos de identidad.

Hoy, cuando Chile se enfrenta al proceso de globalización sin defensas culturales, necesitamos rescatar y reafirmar nuestra identidad. Y esto no debe quedar en la retórica sino que necesitamos que el Estado de Chile asuma su responsabilidad en dar el lugar en la cultura que le corresponde a los grandes de nuestra patria.

Recuperar la figura Violeta Parra es de toda justicia a su persona y a su obra, pero también es un deber con la patria. De nada nos sirve el crecimiento económico si no somos capaces de alimentar el alma nacional. Gracias Hugo Arévalo y a Charo Cofré por esta oportunidad y por una vida dedicada a dos grandes de nuestra historia: Pablo Neruda y Violeta Parra.

1 comentario:

Unknown dijo...
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