jueves, mayo 29, 2008

Alegato en el Tribunal Supremo DC

Porque estamos convencidos que más democracia y más participación le hacen bien a la DC. Es que hemos estado trabajando constantemente para lograr que en el partido triunfe la democracia.

Es por eso, que el lunes 26 de mayo, fui junto a Raúl Donckaster y Felipe Sandoval al Tribunal Supremo de la Democracia Cristiana para fundamentar una presentación que exige al TS definir en primarias la selección de todos los candidatos a una elección popular.

El partido está sumido en una crisis, aún cuando hay algunos no quieren asumirlo. Las causas son muchas: rencillas personales, falta de propuestas, estancamiento de los rostros, obsecuencia al poder y falta de apego a las reglas institucionales.

Tanto los acuerdos alcanzados en el Congreso Ideológico como los Estatutos de la DC establecen que los candidatos deben ser elegidos mediante un proceso de primarias en que puedan participar los militantes y adherentes. El Tribunal Supremo de la DC tiene el deber de que el partido aplique las normas. Ellas tienen como objeto que el partido se juegue en una cancha plana, con reglas establecidas y que nadie sea el “dueño” de la pelota y acomode las reglas a su conveniencia.

El TS debe evitar los resquicios que tan mal le hacen a la convivencia interna. Y si no asume sus responsabilidades, entonces, tendrán que ser otras instancias las que obliguen a respetar los Estatutos.

A continuación les dejo el texto de lo que fue mi presentación ante el TS.

Espero que sea de su interés y puedan comentarlo.


Presentación al Tribunal Supremo
Partido Demócrata Cristiano

Santiago 26 de mayo de 2008

Estimados Camaradas del Tribunal Supremo

La Democracia Cristiana está en crisis. Está en crisis política y está en crisis institucional.

Pero esta opinión no es unánime. Desgraciadamente algunos camaradas niegan tal crisis y entonces nos enfrentamos al peor de los escenarios. Si no reconocemos que hay crisis, ¿Cómo vamos la vamos a enfrentar?

Para quienes creemos en el Estado de Derecho planteamos recuperar nuestra institucionalidad cuestionada y quebrantada por otros estamentos del partido y por dirigentes que emiten opiniones en desconocimiento de los estatutos que nos debieran regir.

Recuperar la institucionalidad perdida y quebrantada en la práctica diaria del quehacer político que tensionan nuestras relaciones y afectan severamente la confianza en nuestro partido.

Es síntoma de nuestra crisis que en forma simultanea, hoy en nuestra sede partidaria se este abordando el mismo tema, el de la democracia interna en la nominación de candidatos en dos de sus máximas instancias: El Consejo Nacional y el Tribunal Supremo.

Por la naturaleza de esta instancia nos cabe referirnos a la crisis institucional que enfrentamos desde hace ya bastante tiempo.

Nuestra primera petición de pronunciamiento a este tribunal, consiste en que se hagan efectivos los acuerdos del Congreso Nacional o Ideológico, ya que transcurridos más de seis meses de su realización, el mandato de este, nuestro organismo en que reside la Suprema autoridad del Partido, aún no se implementa.

En el V Congreso Nacional, y con el objeto de dotar a la institucionalidad partidaria de un estatuto único, de acuerdo a las conclusiones del mismo, debía formarse una comisión, que propusieran “los nuevos estatutos partidarios que cumplan con los criterios reflejados en este documento (las conclusiones del Congreso) dentro de un plazo de noventa días”.

A mayor abundamiento, el presidente de dicha comisión es el presidente de este tribunal.

La crisis institucional del partido ocurre por situaciones como esta, en las que se ve involucrado este Tribunal.

El deterioro institucional que está experimentando la Democracia Cristiana es creciente y por ello solicitamos a este Tribunal un pronunciamiento respecto del mandato del V Congreso Nacional.

En segundo lugar, los Estatutos vigentes señalan de manera clara que los candidatos que nuestro partido presente a las próximas elecciones presidenciales, parlamentarias y municipales, deben emanar de un proceso eleccionario en el que haya votación universal, directa, secreta e informada de todos los militantes y demás personas que se determine que tengan derecho a participar en él.

Por lo tanto esperamos de este tribunal, que ratifique el estatuto vigente en este aspecto y vele por su puesta en práctica de manera que asegure un proceso libre secreto e informado.

Es por ello que, en las facultades que le confiere el estatuto partidario a este Tribunal, debe actuar de oficio para que la letra y el espíritu del estatuto se plasme en los procesos de designación de candidatos ya en curso y por iniciarse en el futuro cercano.

La renuncia a pronunciarse de oficio respecto de declaraciones públicas y acuerdos adoptados por otras instancias, cuando estas contravienen el estauto vigente solo agravan la crisis institucional y política que vive nuestro partido.

Entendemos que jurídicamente la última instancia esta fuera de la institucionalidad partidaria y no dudaremos en acudir a dichas instancias si este Tribunal se negara a asumir las responsabilidades que le corresponde.

Y, finalmente, en el ámbito político, también existen otros caminos disponibles para hacer política dentro de una institución en que se respete el Estado de Derecho, la libertad y la democracia.

Muchas gracias.

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