jueves, enero 15, 2009

Profundicemos la democracia y terminemos con la exclusión


En los últimos días, ha surgido en la agenda pública la discusión respecto de un eventual pacto electoral entre la Concertación y el Partido Comunista. Comienzan a conocerse argumentos a favor y en contra, a realizarse cálculos electorales y a evaluar las consecuencias para la Democracia Cristiana.

Creo que en la vida se tiene que actuar por convicciones, valores y principios. Los cálculos son vistos con desconfianza por la ciudadanía y en nada contribuyen a mejorar la democracia.

Nuestro sistema electoral parlamentario, el binominal, desconfía de las minorías y por ello, las excluye. La exclusión, en el legislativo de referentes políticos, empobrece la política y deteriora la convivencia nacional. La exclusión arrincona a las minorías, las empuja a la movilización social y en muchos casos a la violencia, poniéndose al margen de la legalidad.

Si no somos capaces de darle verdaderos espacios de representatividad a todos los que hoy excluye el sistema político, estaremos incubando un gran malestar social. De seguir cerrados todos los espacios de participación, finalmente las minorías verán en la violencia su único medio de expresión.

Si como país queremos acceder al club de las naciones desarrolladas, debemos tener un manejo económico responsable, pero también tenemos que dar los pasos para que nuestra Constitución sea el reflejo de una democracia madura y no de un sistema que necesita tutelaje y protección.

Necesitamos con urgencia reformas políticas que terminen con la exclusión de minorías representativas, la inscripción automática y el voto voluntario, la democratización y transparencia de los partidos políticos, la elección universal de Consejeros Regionales e Intendentes y el reconocimiento de que Chile es un país unitario, pero que no es homogéneo.

Si el Parlamento no es capaz de actuar de acuerdo a las exigencias de esta época, quedarán en manos de los partidos las decisiones para ir logrando, por la vía de los hechos, cada uno de los objetivos de reformas políticas propuestas más arriba.

El sistema binominal ha llegado al límite. El surgimiento de minorías con representatividad ciudadana, expresada en la votación de concejales de octubre pasado, pone en riesgo la comodidad en que se encuentran los partidos con representación parlamentaria.

Un pacto electoral entre la Concertación y el Partido Comunista para la parlamentaria de este año, no resuelve el problema de la exclusión política en Chile. Para eso, es vital que trabajemos activamente con el fin de lograr los cambios constitucionales profundos que necesitamos, para que todos los movimientos sociales que aspiren a competir en política logren representar la diversidad de Chile y su gente.

Es por eso, que es vital una reforma a la Constitución que asegure más y mejor democracia, donde se termine con el binominal, para tener un sistema proporcional que asegure la representación de las minorías. Tenemos que aprobar de una vez por todas, la inscripción automática y el voto voluntario para que seamos todos los chilenos -y no sólo algunos- los que tomemos las decisiones que Chile necesita.

Así, lograremos un cambio de verdad, donde las personas volverán a ser los protagonistas y todos y cada uno de los chilenos tendrán las oportunidades que se merecen.

1 comentario:

Juan Pablo Marchant dijo...

Marcelo totalmente en de acuerdo lee mi articulo en www.lanuevaconcertacion.cl